Visita al Museo Criollo de los Corrales
Lizandro de la Torre y Avenida de los Corrales

Esquina de Lisandro de la Torre y Av. de los Corrales: (la recova del viejo Mercado de Hacienda) es tal vez la esquina más famosa del barrio, hoy convertida en punto de encuentro para las reuniones de baile popular que, en el verano, se extienden hasta la madrugada en un alegre clima de fiesta familiar. Muchas de las amplias avenidas del barrio tienen su cantero central, como la Av. Remedios, la Av. Eugenio Garzón, y la Av. Juan Bautista de la Salle.
El bar Oviedo

Antiguamente existía un lugar al que todos acudían para abastecerse, beber o relacionarse con otras personas: el Almacén de Campo. El Bar Oviedo que se encuentra frente al Resero, en la esquina de Lisandro De la Torre y Avenida de los Corrales, era justamente aquel Almacén de Campo.
Funciona desde 1898, siendo su primer dueño un francés de apellido Dufaur, por esta razón era llamado “el Bar del francés”. Posteriormente recibió el nombre de “Bar de los Payadores” siendo su dueño un señor de apellido Ghio.
En la década del 50 fue comprado por una sociedad de cinco socios que se disolvió quedando como único dueño Manuel Blanco López, quien al morir en 1997 deja el bar a su yerno Héctor, el cual lo atiende actualmente.
La estructura del bar no cambió en nada: el techo es de ladrillo de adobe, recubierto por chapas. Debido a su deterioro se modificó el color de las paredes y el mostrador.
Antiguamente, se encontraban sobre ambas veredas a las que da el bar, los palenques donde se dejaban atados los caballos. Lamentablemente desapareció el que estaba sobre la avenida de los Corrales, por la colocación de la parada de colectivos.
Existía hasta hace pocos años un buzón en la esquina, que fue retirado y aunque los dueños del bar lo solicitaron para que se mantuviera como recuerdo no lo volvieron a colocar.
A este bar concurrían los parroquianos y la gente relacionada con el matadero. En especial se destacaba la presencia de los guapos: trabajadores de los nuevos mataderos instalados en la zona, razón por la cual siempre cargaban consigo un cuchillo, con el que faenaban a las reses; eran valientes, respetados y hasta temidos.
En el bar resultaba común la pelea de guapos con el desenfunde de sus cuchillos y por ende, trágicos finales.
La especialidad del bar son las empanadas de carne cortada a cuchillo y los chorizos caseros.
En la actualidad, hay un mayor movimiento de personas a la mañana debido al funcionamiento del mercado, mientras que por la tarde el movimiento es menor y las personas que concurren son los habitúes.
El billar que se conserva adentro es histórico, considerado uno de los mas antiguos de la ciudad.. Fue importado en 1920 desde Estados Unidos.
El Bar Oviedo fue nombrado por la Legislatura, como “Bar Notable de la Ciudad de Buenos Aires”.
Monumento al resero

Es el monumento tradicional del barrio, en el Mercado de Hacienda. Está realizado en bronce y es obra del artista Emilio J. Sarniguet. Representa al resero, ese hombre abocado al cuidado y trajín de las reses, en su caballo a marcha lenta, con las riendas flojas. Cuando el estanciero Martín Güiraldes visitó el taller donde se estaba culminando la obra, se emocionó tanto que el autor decidió esculpir en el anca izquierda del caballo el escudo de la familia Güiraldes. Fue inaugurada en el año 1934.
Plaza de los Mataderos

Se encuentra en la manzana que ocupa Timoteo Gordillo, Tapalqué, Bragado y Lisandro de la Torre.En su centro está emplazado el busto del célebre payador Gabino Ezeiza realizado por el escultor Hilario Vozzo. El payador fue famoso por su destreza para la improvisación y sus payadas han hecho historia. Estuvo vinculado con Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen.
Esta es la plaza más grande que existe en el barrio.- Plaza Henry Dunant: se encuentra en las calles Chamical, Junta, Caroya y Guardia Nacional, erigida en el año 1963 en homenaje al fundador de la Cruz Roja Internacional.
Feria de Mataderos

Todos los domingos se repite cada vez con más éxito. Allí se dan cita, cada domingo, familias, matrimonios, chicos, parejitas, solitarios. Casi trescientos puestos de venta de artesanías gauchescas, docenas de parrillas, dan el marco a las pistas donde se bailan gatos, zambas y chacareras. Cerca, pruebas de destreza gauchesca: corridas, la sortija; y en la recova, al lado de los talleres artísticos y artesanales, guitarreada. Y en el escenario de la feria, donde desfilan los más importantes folkloristas, siempre hay un lugar reservado para el singular arte de la payada.
Museo Criollo de los Corrales
Artes y oficios de Mataderos
Visita al Mercado Nacional de Hacienda
El 27 de mayo los alumnos de 5º A y B con sus maestros visitaron el Mercado Nacional de Hacienda.
Temprano y con mucho frío, los estaban esperando para darles una calurosa bienvenida los guías designados para la visita.
Recorrieron los corrales a través de las pasarelas y pudieron distinguir las distintas razas bovinas, conocer de su comercialización, ver la pesada, oír el llamado a Remate y presenciar a distancia uno de ellos. ¡Aprendieron mucho! Y, como broche de oro viistaron el Museo de los Corrales, donde pudieron ver ¡tantas cosas!, desde trajes de gauchos y paisanas, aparejos, hasta antiguas radios que seguramente escucharon sus bisabuelos, pasando por sifones, máquinas de escribir y planchas antiguas. ¡Fue muy interesante!
Silvia y Gabriela
Docentes de 5º A y 5º
"El Pibe Cabeza"
Ernesto Bessone

Siguiendo en la tradición de los ídolos populares en un deporte con gran aceptación como es el TC2000 (Turismo Competición 2000), el campeón de 1996, Ernesto "Tito" Bessone, festeja cada triunfo en el barrio que lo vio nacer.-
Justo Suárez

Justo Suárez, "El Torito de Mataderos": tal vez sea el personaje más conocido, cuya meteórica carrera en los años treinta dio tema para tangos, alguna película y para el recuerdo permanente en el corazón del pueblo. A los 15 años debutó en la categoría mosca en el Club Argentino de Flores. Fue invicto en 48 peleas amateur siendo en el año 1930 Campeón Argentino de peso liviano.
En 1931 cayó por knock out cuando luchaba por el título mundial con Billy Petrolle. Murió en el año 1938 enfermo de tuberculosis y fue velado en el Luna Park. Fue una gloria del deporte y su barrio erigió un busto en su memoria en Juan B. Alberdi y Martiniano Leguizamón, donde una placa recita:
"Barrio de los corrales
a un torito vio nacer
con aspas en los puños
hizo al cielo estremecer..."-
Bienvenido

El 14 de abril de 1889 se colocó la piedra fundamental de los nuevos mataderos, que desplazarían de esa forma a los tradicionales Corrales Viejos ubicados en la zona de parque de los Patricios. Y fue alrededor de las nuevas instalaciones donde comenzó a formarse el barrio, cuya población vivía de la nueva fuente de trabajo allí instalada.
Los mataderos se inauguraron en l901. Por entonces, Mataderos era Nueva Chicago, denominación que aludía a la ciudad norteamericana caracterizada por su industria de la carne. El arroyo Cildáñez ganó por años un apodo: "el arroyo de la sangre", pues hacia él derivaban los desperdicios de la industria carnicera. En 1912 se habilitaron las primitivas instalaciones del hospital Juan F. Salaberry, creado a partir de la colecta pública organizada por los amigos del hombre de negocio de ese nombre, en homenaje a su memoria. Y así fue creciendo este barrio, cuya denominación Mataderos, nacida y acuñada en forma tradicional se impondrá definitivamente en la nomenclatura porteña.
El tradicional Mataderos es un barrio bastante extendido y muy poblado, que se destaca por ser una mezcla de ciudad y campo. Todavía hoy, el que quiera ver una genuina payada en Buenos Aires podrá hacerlo aquí, donde esta tradición se mantiene viva como en ningún otro barrio porteño.
Durante la década del 60 e inclusive parte de los 70 era un lugar de encuentro de payadores y gracias a su gran sentido comunitario, este barrio marcó un hito en la historia de la Capital Federal, ya que fue un símbolo de tradición y de fuente de trabajo en especial para las clases más necesitadas.
En otro orden, y en términos de movilización popular, Mataderos ocupó un lugar preponderante en momentos muy agitados de la historia política argentina, ya que dirigentes de establecimientos industriales de la zona poseían un gran poder de convocatoria. En la actualidad conserva ese perfil de barrio industrial, con un intenso tránsito de grandes camiones; al mismo tiempo, en su extensa superficie se encuentran muchas casas de clase media de una sola planta, a veces entremezcladas con galpones y depósitos fabriles.
Es así como, lo cultural aparece como un espacio de conflicto en el que diversos intereses colectivos, hábitos culturales, expectativas comunitarias, suscripciones simbólicas, etc. son negociados más allá de los límites y perspectivas nacionales.
Para no perder nuestra identidad debemos apropiarnos de la cultura y utilizarla como puente y vehículo para conocernos, integrarnos, aceptarnos y no perdernos en la anomia. (Un saber con implicancias prácticas y situado en un sujeto - individual o colectivo - que se interroga acerca de sus hábitos, acciones y elecciones)